Está a punto de cometerse un atropello contra los avances democráticos conseguidos con tanto sacrificio por el pueblo de México", denunció ayer el alcalde de la capital mexicana, Andrés Manuel López Obrador --conocido como AMLO--, ante las más de 150.000 personas que se reunieron en el Zócalo, la gran plaza central de la megalópolis, para manifestarse contra la iniciativa parlamentaria de levantar su inmunidad.

Antes de dirigirse a una Cámara de Diputados dispuesta a votar su desafuero y apartarle del camino a la Presidencia, el alcalde, acusado de desacato a una orden judicial en la construcción de una calle, clamó: "Van a despojarme del cargo que democrática, legal y legítimamente me otorgaron los habitantes del Distrito Federal". Si es procesado y desposeído de la alcaldía, no podrá presentarse a las elecciones presidenciales del año próximo, para las que los sondeos le dan como favorito.

CONSIGNA DE LOS PINOS En lo que fue el primer gran acto de la resistencia pacífica planteada por su líder, los manifestantes movilizados por el Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) tiñeron de amarillo con globos y banderas el centro de la ciudad y gritaron hasta desgañitarse: "¡No al desafuero!"

El alcalde señaló que los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) "van a cumplir una consigna surgida de Los Pinos (la residencia presidencial) con la complicidad del expresidente Carlos Salinas y los dirigentes de sus partidos".

Entre gritos y aplausos de sus simpatizantes, afirmó: "Este juicio es una farsa. El desafuero no es un asunto jurídico, sino político. No es por intentar abrir una calle para comunicar a un hospital, no es por eso por lo que me quieran desaforar. Me quieren dejar de lado para que no aparezca en las boletas electorales. Me van a desaforar porque he ganado en las encuestas".