La Audiencia Territorial de Hamburgo condenó ayer al marroquí Mounir el Motasadeq a siete años de cárcel por pertenencia a organización terrorista. Este estudiante cercano al piloto suicida Mohamed Atta y a la llamada célula alemana de Al Qaeda fue juzgado por complicidad en los atentados del 11-S, pero el tribunal alemán consideró que este cargo no estaba probado. "Todo hace ver al acusado como miembro de una organización terrorista, pero no como cómplice de los asesinos del 11 de septiembre", declaró el juez Ernst-Rainer Schudt al explicar la sentencia. "Sólo esta sentencia puede dejar al tribunal con la consciencia tranquila", dijo.

El acusado había sido anteriormente condenado a 15 años de cárcel, en un primer proceso por complicidad en más de 3.000 casos de asesinato, pero el Supremo anuló esa condena y ordenó la celebración de un segundo juicio por considerar que no se habían atendido posibles pruebas exculpatorias. Con la sentencia, el tribunal de Hamburgo se queda a mitad de camino entre las exigencias de la fiscalía y las de la defensa, que pedía absolver al marroquí.