Nueva crisis diplomática entre Rusia y un país occidental motivada por un asesinato en el que se presume la mano del Estado ruso. Alemania ha expulsado este miércoles a dos diplomáticos rusos como medida de represalia por la falta de colaboración de Moscú en la investigación del homicidio de un checheno con nacionalidad georgiana el pasado agosto en un parque de Berlín. Desde la capital rusa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha negado la participación del Estado ruso en el crimen, al tiempo que el Ministerio de Exteriores ha anunciado medidas de represalia.

Los hechos en disputa se remontan al verano, cuando Zelimkhan Jagosvili, que había combatido junto a las milicias separatistas chechenas, fue tiroteado de noche por un ciclista que se le acercó en las proximidades de una mezquita en la capital alemana. Un sospechoso fue detenido poco después, y en una investigación conjunta llevada a cabo por Bellingcat y Der Spiegel, ha podido determinarse su verdadera identidad, un tal Vladímir Krásikov, cuyo número de pasaporte le vincula a los servicios secretos rusos. La fiscalía federal, encargada de los crímenes relacionados con el espionaje, ha asumido el caso, que amenaza con enturbiar de nuevo las relaciones de Moscú con Occidente, al igual que el envenenamiento del exagente ruso Serguéi Skripal y su hija en el Reino Unido el pasado año.

TRATAR EL TEMA DIRECTAMENTE CON PUTIN

La cancillera Angela Merkel tiene la intención de tratar el tema directamente con el presidente ruso Vladímir Putin cuando ambos líderes se vean las caras la semana que viene en París en una cumbre cuatripartita del llamado 'Formato de Normandía' para afrontar el conflicto en el este de Ucrania. "Hemos tomado esta decisión porque no hemos visto que las autoridades estuvieran colaborando para aclarar este asesinato", ha asegurado la mandataria desde Londres, donde participa en la cumbre de la OTAN.

La reacción rusa no se ha hecho esperar y ha seguido idénticos derroteros a sucesos similares del pasado reciente. El Ministerio de Exteriores ruso ha calificado el gesto de "inamistoso" y ha advertido que responderá a la expulsión de diplomáticos rusos. A pesar de que por el momento aún no ha anunciado medidas concretas, es de prever que también declarará personas non gratas a un número equivalente de altos funcionarios en la legación alemana en Rusia. Por su parte, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ha negado las sospechas de la fiscalía alemana, que responsabiliza del asesinato a los servicios secretos rusos o en su defecto, a sus equivalentes de la república de Chechenia. "Son todo especulaciones sin fundamento; el tema está siendo exagerado por los medios alemanes", ha zanjado.

Los asesinatos de opositores chechenos refugiados en el extranjero se han repetido con relativa frecuencia en los últimos años. En el 2009, Umar Israílov, un exguardaespaldas del presidente checheno Ramzán Kadírov que acabó denunciando las torturas cometidas por el mismo líder caucásico, fue asesinado a balazos en Viena ante sus propios hijos. Lena Bogatírov, el presunto asesino, permanece en paradero desconocido.