La toma de muestras de olor corporal a opositores y el adiestramiento de perros policiales para reconocerlos si se acercan a la cumbre de los países más ricos del mundo (G-8), que se celebrará en Alemania en junio, ha desatado una indignada reacción en el país. "Ese tipo de prácticas me recuerda a los métodos de la Stasi la policía secreta de la extinta República Democrática Alemana", dijo el diputado socialdemócrata (SPD) Wolfgang Thierse, vicepresidente del Parlamento Federal.

Thierse, un claro opositor al régimen comunista de Alemania del Este, criticó también el establecimiento de un muro en torno al lugar donde se reunirán los jefes de Estado y de Gobierno del G-8.