"Todo el mundo puede ser feliz a su manera" dijo el jefe del Gobierno de Berlín, Klaus Wowereit, al ser preguntado por su declarada homosexualidad, durante la reciente celebración del Christopher Street Day , que contó con la participación de más de 600.000 personas en la capital alemana. El alcalde llevaba un osito (símbolo de Berlín) de color rosa y un ramo de rosas rojas e iba subido en una de las carrozas que desfilaron en dirección a la Columna de la Victoria, en pleno centro de la ciudad y acompañado de su novio.

Hace tres años, el dirigente del Partido Socialdemócrata (SPD) confesó su homosexualidad poco antes de ser presentado como candidato a dirigir la ciudad-estado. Wowereit, dijo una frase que se ha convertido en el símbolo del movimiento gay alemán: "Soy gay y así está bien". El alcalde berlinés asegura que gracias a la política socialdemócrata "ya no hay razones para ocultarse" en Alemania.

El presidente del Partido Liberal alemán (FDP), Guido Westerwelle, de 42 años, afirmó lo mismo poco después, al declarar su homosexualidad la pasada semana. El líder liberal hizo esta declaración a lo grande y presentó a su novio durante el cumpleaños de Angela Merkel, la presidenta de la Unión Cristiano Demócrata (CDU).

En el caso de que la oposición gane las elecciones del 2006, Westerwelle asumiría el cargo de vicecanciller y ministro de Exteriores alemán. La Unión Social Cristiana bávara (CSU) protestó por las declaraciones de Westerwelle, apeló a la declaración del Vaticano que vetó el matrimonio homosexual como "inmoral y nocivo", y reclamó a los políticos cristianos que repudien las uniones gays. Pero no todos los democristianos comparten ese punto de vista.

El jefe del Gobierno de Hamburgo, Ole von Beust, también ha admitido que es gay y, al igual que Wowereit, su franqueza le ha dado votos.