La Policía Nacional de Filipinas y las Fuerzas Armadas están hoy en estado de máxima alerta ante el motín en la capital llevado a cabo por decenas de militares, que exigen la dimisión de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo. Las autoridades bloquearon los accesos a las cercanías del Hotel Península Manila, donde se han atrincherado los amotinados encabezados por el senador Antonio Trillanes, quien lideró en 2003 una intentona golpista en otro hotel del distrito financiero de Makati, y el general Danilo Lim.

También soldados fuertemente armados y miembros de la Policía establecieron puestos de control en los accesos al palacio presidencial de Malacañang, además de en las principales vías del país para interceptar a posibles seguidores de los amotinados. El Ejército envío unos 1.500 soldados para participar en las operaciones contra los militares amotinados, aunque de momento sólo varios centenares de efectivos y una decena de vehículos acorazados rodean las instalaciones del hotel.

Según mandos de la Policía en varias provincias de la isla de Luzón, la situación en sus áreas de control es normal, mientras instaron a sus agentes a continuar con las labores de seguridad.