El exministro principal de Escocia, Alex Salmond, fue declarado inocente de los cargos de abusos sexuales contra nueve mujeres por los que estaba siendo juzgado en Edimburgo. El jurado popular absolvió al antiguo líder del Partido Nacional Escocés (SNP) de las 12 agresiones sexuales a las que se enfrentaba y consideró no probada la acusación de intento de violación. Esta figura jurídica, exclusiva de la legislación en Escocia, significa que el jurado no está convencido de la inocencia del acusado, incluso puede pensar lo contrario, pero carece de pruebas suficientes para condenarlo.

Durante el juicio, Salmond, de 65 años, se declaró inocente, aunque admitió haber mantenido relaciones sexuales con varias mujeres jóvenes a su servicio en la residencia oficial de Edimburgo, según dijo, por mutuo consentimiento. Esos encuentros tuvieron lugar cuando ostentaba el máximo poder en Escocia. Un comportamiento que el mismo calificó de «inapropiado», pero no ilegal. El exlíder del SNP declaró ante el jurado que las alegaciones en su contra eran «una invención deliberada por motivos políticos» o «exageraciones» de las demandantes.

Salmond nunca aclaró cuáles eran exactamente esos motivos, pero después de conocerse la sentencia dio a entender que, por su parte, el asunto no va a quedar ahí. «Como muchos de ustedes saben» (declaró refiriéndose a los periodistas que han seguido el proceso), «hubiera querido mostrar una prueba en este juicio, pero por diversas razones no fue posible. En algún momento esa información, esos hechos y esa prueba verá la luz». Sus abogados creen que las mujeres que presentaron la acusación se habían puesto de acuerdo antes de hablar con la policía y presentar quejas y denuncias. Esa coordinación, de acuerdo con la defensa, se debió a motivos políticos.