El Frente de Salvación Nacional (FSN), la principal alianza opositora de Egipto, ha culpado a los Hermanos Musulmanes, al presidente Mohamed Mursi y al Ministerio del Interior de los disturbios de ayer en El Cairo, en los que murió una persona y 84 resultaron heridas, según el último recuento.

En un comunicado emitido en las últimas horas, el FSN apuntó que, conforme al testimonio de los testigos, la policía estuvo implicada en los sucesos "planeados para incitar un conflicto religioso en el país".

La agrupación opositora solicitó una investigación "independiente" y "transparente" para averiguar quiénes fueron los instigadores de los sucesos.

La nota destaca que los enfrentamientos de ayer, que se desataron tras los funerales por cuatro cristianos muertos la víspera en choques entre musulmanes y coptos en el pueblo de Al Jusus, al norte de El Cairo, coinciden con un aumento del descontento popular hacia las políticas económicas y sociales de los Hermanos Musulmanes.

En su opinión, estos hechos son intencionados para distraer a los egipcios de la situación actual, por lo que instó a los ciudadanos a que se unan.

Los Hermanos Musulmanes a su vez afirmaron en un comunicado difundido anoche que "existen cerebros que quieren causar un conflicto sectario todos los días para que el país no tenga estabilidad".

E hicieron un llamamiento a "las personas razonables, dirigentes nacionales e instituciones religiosas y políticas para que intervengan rápido para apagar esta 'fitna (discordia)".

Una calma precaria reina hoy en las inmediaciones de la catedral de Abasiya, en El Cairo, escenario de los disturbios que se prolongaron hasta altas horas de la noche, donde ahora hay un gran despliegue policial, informa la televisión oficial.

El origen de los altercados de ayer es confuso ya que difiere según la fuente consultada.

Activistas coptos y fuentes policiales señalaron a Efe que todo comenzó cuando un grupo de personas lanzó piedras contra los asistentes a las exequias que salían de la catedral, lo que llevó a muchos de ellos a refugiarse en el templo y a la policía a intervenir con gases lacrimógenos.

Sin embargo, una fuente del Ministerio del Interior citada, por la agencia estatal Mena, dijo que a la salida de la catedral algunos participantes en los funerales dañaron varios vehículos aparcados en la zona, lo que soliviantó a los vecinos y desencadenó los enfrentamientos.

A la catedral acudieron ayer miles de cristianos para despedir a los cuatro fieles muertos el sábado en choques entre coptos y musulmanes en Al Jusus, donde ayer también se registraron enfrentamientos que ocasionaron catorce heridos.

Anoche, Mursi mantuvo una conversación telefónica con el papa copto, Teodoro II, en la que consideró que el ataque contra la catedral fue una agresión contra él, según la televisión estatal.

El mandatario egipcio pidió en un comunicado contención a los ciudadanos y que eviten participar en cualquier acto que amenace la seguridad del país, además de solicitar una investigación urgente de lo sucedido en Abasiya.