Las elecciones de mañana, domingo, en Portugal son importantes, aunque las páginas de la prensa europea de estos días centren toda su atención en el referendo español sobre el proyecto de Tratado constitucional europeo. Porque motivos para fijarse en estas elecciones, sin embargo, hay muchos.

Las encuestas indican una clara tendencia a la alternancia, los socialistas volverán al Gobierno, y la duda estriba en el margen de ventaja. Se cerraría de esta manera el paréntesis de dos años de Gobierno conservador, con un triste balance para el hoy presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso.

No es que el candidato socialista, Sócrates, sea muy carismático, pero el desencanto que existe entre la población hacia la clase política no tiene precedentes desde 1974. Su gran enemigo será la abstención. Los portugueses están muy desencantados, hasta el punto de que son, después de los checos, los ciudadanos más euroescépticos. ¿Hacia dónde va Portugal?

*Catedrático de Ciencia Política.