El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas quiere cambios reales y no sólo nominales en los planes de Estados Unidos para la transición en Irak. Ayer, horas después de que Washington y Londres presentaran en la ONU un segundo borrador de una resolución para esa transición, varios países mostraron su insatisfacción con una propuesta que, aunque mejora y concreta parcialmente la anterior, no cubre las demandas de un traspaso de poderes que dé soberanía plena a los iraquís.

El más claro en mostrar su descontento fue el presidente francés, Jacques Chirac. "El proyecto de resolución es una buena base para la discusión, pero todavía necesita mejoras para afirmar y confirmar la plena soberanía del Gobierno iraquí, en particular sobre el dominio militar", dijo Chirac en París.

Las palabras del mandatario francés son claves para Washington, pues Francia es uno de los cinco países con derecho a vetar cualquier resolución en el Consejo. Pero además son preocupantes para la Administración de Bush, ya que resumen la opinión de muchos de los 15 miembros que deben votar el texto.

PALABRAS DE MORATINOS El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, aseguró ayer que el borrador necesita "mejorar", mientras un portavoz de su homólogo alemán afirmaba que se requieren "más conversaciones". Wang Guangya, embajador en la ONU de otro de los países con derecho de veto, China, dijo que la restauración de la "plena soberanía no se refleja completamente en el texto". Y el embajador argelino, Abdalá Bali, recalcó que "aún se necesita una redacción que diga que el punto de vista del Gobierno iraquí prevalecerá sobre la fuerza multinacional en caso de operaciones relevantes".

Guangya y Bali tocaron los puntos vitales para entender lo que está sucediendo en la ONU. Washington ha incluido en el segundo borrador la palabra "plena" al hablar de soberanía. Sin embargo, esa plenitud no se confirma en las disposiciones del borrador de resolución. Y aunque el nuevo texto fija por primera vez el momento para el final del mandato de las fuerzas multinacionales lideradas por Washington para "cuando se complete el proceso político" --lo que podría ser finales del 2005 o principios del 2006--, se deja fuera de la resolución la relación que mantendrán el Gobierno iraquí y esa fuerza multinacional.

Desde Bruselas, el subsecretario de Estado de EEUU, Richard Armitage, insistió en que esa relación se perfilará en la resolución y se concretará en correspondencia que deben intercambiar Washington y el primer ministro interino iraquí, Iyad Alaui. Forzado a contestar si el Gobierno interino tendrá derecho de vetar operaciones militares, el segundo de Colin Powell demostró que la resolución no es contundente en este aspecto. "Por supuesto, si son un Gobierno soberano deberían ser capaces de rehusar (a esas operaciones)", dijo, para matizar que: "Esas son el tipo de cosas que se solucionan sobre el terreno entre los mandos de la fuerza multinacional y el Gobierno soberano".

Así, y aunque hay en el nuevo texto otros avances como otorgar a los iraquís el control de sus recursos naturales y permitir que la ONU pueda revisar el mandato de la fuerza internacional a petición del Gobierno de transición, las perspectivas de sacar adelante el texto son pocas.

Ningún país quiere comprometerse públicamente a nada antes de escuchar las reflexiones del propio Gobierno interino iraquí, cuyo ministro de exteriores, Hoshiar Zebari, se reúne hoy con el Consejo. Además se esperará a escuchar al enviado especial de la ONU a Irak, Lajdar Brahimi, que informará de la situación al secretario general, Kofi Annan, y a los miembros del Consejo, en un encuentro el fin de semana.

CODIGOS SECRETOS IRANIS Por otro lado, EEUU investiga un mensaje iraní según el cual el dirigente iraquí Ahmed Chalabi contó a Teherán que Washington había descifrado los códigos secretos de Irán.