La 13 cumbre iberoamericana, la última a la que asiste José María Aznar, no será para el presidente del Gobierno un paseo triunfal. El encuentro arrancó ayer en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con un clamor de América Latina contra la doctrina militar de la Administración de Bush, que ha contado con el apoyo incondicional del Gobierno español en la guerra de Irak.

También se han alzado voces reacias a la creación de una secretaría permanente de la comunidad iberoamericana en España. Se trata éste de uno de los puntos capitales del ambicioso proyecto de refundación de las cumbres que ha impulsado Aznar y ha diseñado el expresidente brasileño Henrique Cardoso. Pese a las reticencias, es posible que se apruebe en esta cumbre la creación de la secretaría, pero se aplazará su puesta en marcha.

En la cita se ha evidenciado el malestar de algunos países contra España y Portugal por el proteccionismo agrícola de la Unión Europea. Argentina presentará una propuesta en la que solicita a España y Portugal que trasladen a la UE la "preocupación y oposición a las subvenciones".

NO A LAS AMENAZAS La mayoría de países latinoamericanos han defendido que la declaración final de la cumbre reclame el "eficaz fortalecimiento del multilateralismo" y el papel de la ONU "como foro en que deben resolverse las controversias internacionales". También han abogado por el "respeto a la soberanía de los estados, el principio de no intervención, la prohibición de la amenaza o del uso de la fuerza en las relaciones internacionales y la solución pacífica de las controversias". Latinoamérica teme que la nueva doctrina de Bush pueda conducir a nuevas modalidades de injerencia militar en la región. Por ello han impulsado una posición tajante frente a ciertas reticencias españolas.

En el punto que expresa la "adhesión a los propósitos y principios del Derecho internacional consagrados en la Carta de la ONU", España pretendía suprimir la referencia al Derecho internacional. Finalmente cedió ante la presión de la mayoría. España consiguió eliminar un párrafo impulsado por Brasil que otorgaba a la ONU no un mero "papel", sino "la legitimidad" como órgano responsable del mantenimiento de la paz.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, que participa por primera vez en una cumbre iberoamericana por invitación de Aznar, elogió el "papel importantísimo" de América Latina en la organización. Destacó la "importancia" de México y Chile, miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, que se opusieron a la guerra de Irak.

Annan vio "positivo" el anuncio de EEUU de que acelerará el traspaso de poder a los iraquís. Dijo que la situación en Irak es "difícil" y requiere de la participación "de toda la comunidad internacional y los iraquís".

CONTRA EL TERRORISMO El proyecto de declaración final de la cumbre contiene un compromiso contra el terrorismo, en que los países acuerdan "combatir y sancionar todo acto terrorista" y a "no prestar ayuda ni refugio a los autores, promotores o participantes" en actos de violencia. España ha conseguido eliminar del texto una referencia a la pobreza y la exclusión como "campos fértiles para la desestabilización social y política".