Amnistía Internacional (AI) denuncia en su informe anual Condenas a muerte y ejecuciones en el 2008 --que se hará público hoy-- que durante el pasado año fueron ejecutadas al menos 2.390 personas en 25 países de todo el mundo. La cifra supone casi el doble de los ajusticiamientos respecto al 2007, año en el que se registraron 1.252 casos en 24 países. Sabina Puig, portavoz de Amnistía en Cataluña, expresó su desasosiego por la situación: "Las leyes mejoran, pero las ejecuciones siguen subiendo. Muchos de los ejecutados son personas sin recursos, víctimas de confesiones obtenidas bajo torturas y de juicios sin garantías". La representante de la organización defensora de los derechos humanos subraya que en Europa también se aplica la pena de muerte, en concreto, en Bielorrusia, donde hubo cuatro ejecuciones mediante el tiro en la nuca. No obstante, el 93% de los ajusticiamientos se concentraron en cinco países: China, Irán, Arabia Saudí, Pakistán y EEUU. El informe destaca el caso del régimen de Teherán, que sigue ejecutando a menores de edad. En medio de ese panorama desolador, el dictamen aporta un dato para la esperanza: "Solo 25 de los 59 países que mantienen la pena de muerte llevaron a cabo ejecuciones durante el 2008".

Pese a ello, casi se dobló el número de ejecutados y se condenó a muerte a otras 8.864 personas, mientras que en el 2007 la cifra fue de 3.347. China encabeza la lista, con al menos 1.718 ejecuciones, lo que representa el 72% del total, pero AI afirma que la cifra puede ser más alta, ya que los datos sobre las condenas y las ejecuciones son en ese país un secreto de Estado.