Los gobiernos "no han cumplido su promesa de hacer del mundo un lugar más seguro". Es más, algunos estados están "aplicando políticas de miedo e inseguridad para, entre otras cosas, redefinir la tortura y hacerla admisible". Esta es la principal conclusión del informe anual sobre los derechos humanos en el mundo, elaborado por Amnistía Internacional (AI) y presentado ayer.

El director de la ONG en España, Esteban Beltrán, criticó con dureza la "subcontratación de la tortura" que algunos países --como EEUU-- practican. Según sus datos, el país presidido por George Bush ha enviado a sospechosos a Egipto y a Siria, donde han sido torturados.

Beltrán reprochó la "indiferencia e inacción" de la comunidad internacional ante las infracciones que, aseguró, han dejado a "millares de personas abandonadas a su suerte en crisis humanitarias y conflictos olvidados" a lo largo del 2004.

AI también destaca que en cárceles y centros de detención españoles se han producido torturas tras el 11-M. Tras la matanza, "hubo informes de un incremento de los abusos y malos tratos de motivación racista", señala. Amnistía acusa al Gobierno de no investigar los hechos.