Matar es matar. Pena de muerte no. Tal es el lema de la campaña que ayer, con motivo del Día Internacional contra la Pena de Muerte, puso en marcha Amnistía Internacional (AI), que califica su aplicación como "el asesinato más premeditado". La ONG recuerda que en el 2003 fueron condenadas al menos 2.756 personas en 63 países, de las cuales 1.146 fueron ejecutadas, y que 78 países aplican aún este tipo de castigo.

"La muerte no equivale a justicia. La pena de muerte es una violación de los mismos cimientos del valor humano y de la dignidad", explica AI a través de un comunicado. Durante la presentación de la campaña en España, el pasado viernes, el director general de la sección española de AI, Esteban Beltrán, recordó que hay tres ciudadanos españoles condenados a muerte: en EEUU, Pablo Ibar; en Filipinas, Francisco Larragaña; y en Yemen, Nabil Manakli.

La campaña de AI apunta sobre todo a tres países: EEUU, China e Irán, donde se producen el 80% de las ejecuciones. Sin embargo, por primera vez en la historia hay más países que han abolido la pena de muerte que los que la mantienen. La cifra de estados abolicionistas es de 80.