El veredicto preliminar del análisis toxicológico realizado al cadáver de Slobodan Milosevic descarta el envenenamiento, pero no aclara todo el misterio. El test no encontró restos de sustancias tóxicas ni tampoco de rifampicin, un antibiótico que contrarresta la medicación contra la hipertensión y que había sido identificado en la sangre de Milosevic en anteriores tests. No obstante, el Tribunal Penal Internacional para la antiga Yugoslavia (TPIY) inició una auditoría tras el hallazgo de medicinas no prescritas en sus dependencias.

"Hasta el momento, no existen indicios de envenenamiento", proclamó el presidente del tribunal, Fausto Procar. Procar insistió en que los resultados eran provisionales. Hans Holthuis, secretario judicial del tribunal, no pudo explicar cómo tomó Milosevic el medicamento contraindicado ni cómo llegaron a su celda sustancias no prescritas. La única explicación plausible es que Milosevic, al haberse hecho cargo de su propia defensa, gozaba de ciertos privilegios.

En Serbia, miles de ciudadanos desfilaron ante el féretro. El cuerpo será enterrado en la casa familiar en Pozarevac, su ciudad natal. Al funeral no acudirán su esposa Mira ni su hijo Marco.