Andorra, el país inmovilista, conservador y encerrado en sí mismo, está inquieto. Las elecciones de mañana pueden suponer el fin de 14 años de Gobierno de derechas para abrir la puerta al centroizquierda, según los sondeos. Pero, gane quien gane, antes de que acabe el año, Andorra debe aprobar la ley para dejar de ser paraíso fiscal.

La exigencia del G-20 de acabar con los paraísos fiscales y la amenaza de Sarkozy de dejar de ser copríncipe si Andorra no se corregía ha irrumpido con tal fuerza en la campaña electoral.

Y la forma en que se han precipitado los acontecimientos en el último mes y medio demuestra que las coincidencias, a veces, sí existen. El presidente francés, sabedor de que el G-20 abordaría el fin de los paraísos fiscales como medida contra la crisis económica, ya se presentó en Londres con el compromiso de Andorra de elaborar una ley para flexibilizar el secreto bancario. Casualmente, el día 27 estaban convocadas las elecciones en el país.

EL ACUERDO La cuestión es tan trascendental que los dos principales partidos, la Coalición Reformista (antiguo Partit Liberal d´Andorra), encabezada por Joan Gabriel, y el Partit Socialdemòcrata, de Jaume Bartomeu, no van a hacer del tema un arma arrojadiza después de la cita electoral. De hecho, los dos líderes suscriben abiertamente que consensuarán la ley que flexibilizará el secreto bancario. Otros tres partidos --Andorra Pel Canvi, Verds d´Andorra y Unió Nacional de Progrés-- completan la lista de los cinco partidos que concurren a unas elecciones donde solo vota un tercio (22.000 aproximadamente) de los habitantes del país (84.000).

Pero este pacto de no agresión empezará el lunes porque, mientras tanto, el candidato opositor, Jaume Bartomeu, que por primera vez tiene posibilidades de ganar, ha blandido el arma de la reforma económica pendiente contra su opositor.

"El tiempo nos ha dado la razón", arranca su discurso Jaume Bartomeu (Andorra, 1954) que ya en el 2001 y, más tarde, en el 2004, abogaba por encaminar al país hacia hacia "la transparencia". "No podíamos posponer más --añade-- la gran cuestión pendiente en Andorra que pasa por establecer qué relación tenemos con Europa". Y eso pasa por acabar con el secreto bancario, con el modelo de Suiza y Luxemburgo como referente.

En las filas liberales, que han gobernado el coprincipado 14 años, este nuevo escenario ha supuesto un descalabro que ha obligado a una veloz reubicación. Para empezar, el jefe de Gobierno en funciones, Albert Pintat, ha renunciado a ser el candidato de la Coalició Reformista porque, según su versión, no podía centrarse en la campaña y, a la vez, gestionar la crisis cuando Sarkozy se puso serio.

En este escenario, el andorrano de a pie está preocupado aunque hay opiniones para todo, desde el pesimismo más absoluto hasta la idea de que la situación no cambiará mucho.