El Gobierno provisional de la senadora Jeanine Áñez decidió presentarse al mundo sin pliegues ocultos. El camino a nuevas elecciones estará sembrado de cruces, un giro conservador en la cultura, la alianza con Estados Unidos y la abolición del estatismo económico de Evo Morales. También se insinúa una cuota de revancha política en el horizonte.

El exsenador de derechas Arturo Murillo prometió en su primera aparición pública como ministro de Gobierno impulsar la "cacería" del del exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y otros colaboradores de Evo Morales a los que calificó de"sediciosos" por promover "la inestabilidad" de las autoridades surgidas del golpe. Murillo es conocido por su radicalidad ideológica. Dos años atrás, cuando era senador, se opuso con vehemencia a la despenalización del aborto. "Un puñado de mujeres se creen muy liberales. Yo las apoyo, si quieren matarse, que se maten, que se tiren del quinto piso. Sucídense. Hagan lo que quieran con sus vidas, no con una que no les pertenece".

La presencia de Murillo y otros ministros de opiniones análogas en el Gabineta de Áñez encendió las alarmas de 'La Razón', un diario que nunca fue complaciente con Morales. En su editorial del jueves lamentó que el "retorno de la Biblia a Palacio" sea celebrado "sin considerar que significa un retroceso en la construcción de un Estado laico". El tono de "los discursos religiosos" generan "incertidumbre generalizada" y muestran "la evidente carencia de un proyecto político razonable y, sobre todo, sostenible".

Según 'La Razón', es también posible que haya retrocesos en ámbitos "como el de los derechos de pueblos indígenas, que gran parte del conservadurismo considera atentatorios de sus propios derechos, aunque no haya evidencia en ese sentido, y de minorías sociales, mucho más amenazadas por los extremismos religiosos, como por ejemplo la población LGBTI".

GIRO NEOLIBERAL

Santa Cruz, la región más próspera de Bolivia que en 2007 intentó separarse de La Paz, tiene absoluto predominio en el flamante círculo de ministros. José Luis Parada, quien manejó las cuentas de ese departamento, aseguró que informó que promoverá una amplia apertura económica y un abandono del protagonismo estatal porque, dijo, durante el Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) la inversión privada tubo trabas y se trata en delante de "atraer inversiones". Entre 2006 y 2019 Bolivia tuvo la etapa de mayor aceleración económica de su historia al punto de reducir a la mitad la pobreza con muy baja inflación y endeudamiento externo.

La académica Karen Longaric fue puesta al frente de Exteriores. Después de anunciar la completa reorientación de la política internacional de Bolivia reconoció al diputado Juan Guaidó como presidente "encargado" de Venezuela. Prometió también dejar atrás los años de recelo con Washington y mejorar los vínculos con Chile.

Jerjes Justiniano Atalá quedó como ministro de la Presidencia y eslabón fundamental entre Áñez y Luis Fernando Camacho, el empresario cruceño que lidero el movimiento contra Morales. Nadie mejor que él para cuidar sus intereses y las expectativas. Antes de asumir como ministro, Atalá fue el abogado de Camacho.

Áñez obtuvo este jueves el reconocimiento de Rusia, uno de los aliados más fuertes que tenía el MAS. "Nos dimos cuenta de que, cuando fue nombrada para este cargo, no había quórum pleno en el Parlamento, por lo que vemos aquí algunos puntos que, por supuesto, tenemos en cuenta", dijo el vicecanciller Serguéi Riabkov y añadió: "Lo que precedió al cambio de poder son acciones que en realidad equivalen a un golpe de Estado". Lo ocurrido el pasado domingo le ha recordado a Moscú que "una vez más que ciertas fuerzas utilizan métodos que van más allá de las normas legales para resolver sus propios problemas políticos".

QUEJA ANTE MÉXICO

La mandataria provisional expresó su queja pública con México porque le permite al asilado Morales "incitar" a la población boliviana a salir a la calle a protestar con sus declaraciones a los medios. El presidente renunciante, dijo, "está rompiendo con todos los protocolos del exilio".

Carlos Mesa, el ex jefe de Estado interino (2003-2005) y rival de Morales en los comicios que desembocaron en su salida del poder, recomendó borrarlo de la vida política de ese país. "El señor Evo Morales no puede ni debe volver, eso es simplemente inaceptable (...) No hay ninguna oportunidad legal para que Evo y (Álvaro) García Linera puedan ser nuevamente candidatos".