La ciudad de Los Angeles reeligió de forma clara a Antonio Villaraigosa como alcalde en unas elecciones municipales con una escasa participación y en las que el político, uno de los líderes hispanos más importantes de EEUU, no ha afrontado una oposición digna de tal nombre. Villaraigosa se impuso con comodidad a sus ocho oponentes, a los que apabulló con su gran capacidad recaudatoria y con la fidelidad de su base electoral.

Su victoria estaba cantada, y los analistas políticos consideraban la campaña como un ensayo general ante el que puede ser su próximo reto: aspirar a gobernador del estado en el 2010, ya que Arnold Schwarzenegger no pude presentarse a un tercer mandato.