Luciana Berger, de 38 años, era desde hace nueve diputada laborista por Liverpool Wavertree. De origen judío, tras la designación como líder en el 2015 de Jeremy Corbyn empezó a criticar el antisemitismo pujante en Partido Laborista. Insultada y amenazada en las redes sociales, este año abandonó finalmente la formación y hoy hace campaña como candidata de los liberal demócratas en un barrio del norte de Londres. Un lugar, al igual que otros en el país, donde las acusaciones de antisemitismo que pesan desde hace tiempo contra Corbyn pueden pasarle factura.

Finchely and Golders Green posee un abundante vecindario de clase media de origen judío. De momento, el escaño está en manos de los conservadores por apenas 1.657 votos. Los laboristas confían en poder arrebatárselo, pero la carrera ya no se libra entre dos contendientes. Los liberal demócratas, que apenas lograron un 7% en los comicios de hace dos años, confían ahora en tener su oportunidad gracias a Berger. Ella denunció el "antisemitismo institucional" en el Partido Laborista y cuestionó el liderazgo de Corbyn. Algo que este martes hizo, a su vez, el rabino jefe de los judíos ortodoxos del Reino Unido, Ephraim Mirvis.

NUEVO VENENO

La religión ha irrumpido sin pedir permiso en la campaña electoral británica, a poco más de dos semanas de los comicios. En un duro artículo en el diario 'The Times', Mirvis, afirma que, "un nuevo veneno, consentido desde la cúpula, se ha arraigado" en el Partido Laborista. El líder religioso, en una intervención sin precedentes, pide a su comunidad "votar con la conciencia" en las elecciones generales del 12 de diciembre. "Los laboristas afirman que han investigado todos los casos de antisemitismo en sus filas. Es pura ficción mendaz", señala. El sistema de disciplina interno, muy criticado, apenas ha abordado una mínima parte de 130 importantes casos de antisemitismo detectados.

SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD

Otras organizaciones judías se han hecho eco de las palabras del rabino, y no solo ellas. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder de la Iglesia Anglicana, le dio su apoyo. "Que el rabino jefe se haya visto obligado a hacer una declaración tan poco habitual y en estos momentos, debería alertarnos del profundo sentimiento de inseguridad que viven muchos judíos británicos". El Consejo Musulmán de Gran Bretaña, que representa a más de 500 mezquitas, acusó por su parte al Partido Conservador, de "negar, rechazar y mentir" sobre las acusaciones de islamofobia y racismo contra los musulmanes en sus filas.