Un apagón de luz dejó ayer sin electricidad a 22 de los 23 estados de Venezuela. En el momento en el que se cerró la edición de este periódico, eran ya nueve las horas en las que el país caribeño estuvo afectado por la incidencia. El gobierno de Nicolás Maduro lo atribuye a un «nuevo sabotaje» contra el sistema eléctrico, un evento que complica aún más las tensiones sociales en ese país sudamericano. Por su parte, el autoproclamado presidente, Juan Guaidó, denuncia el «caos, preocupación e indignación» que genera esa falta de luz que, en su opinión, refleja «la ineficiencia del usurpador».

En una primera reacción, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, denunció un sabotaje en el área de generación y transmisión en el estado Bolívar. Asimismo, informó que las autoridades trabajaban ayer por la tarde (hora española) en la restitución del servicio eléctrico y que las labores podrían tardar hasta tres horas.

Motta Domínguez dijo que el nuevo apagón en Venezuela se debe a un «ataque» y es parte de «la guerra eléctrica que ya fue anunciada por el imperio». Y agregó, hablando también en nombre del gobierno de Nicolás Maduro: «Nos atacaron la parte de generación y transmisión de El Guri (un embalse donde está la represa más importante del país)». En la misma línea, la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), encargada del suministro eléctrico, informó que el apagón había sido producto de un «saboteaje».

Sin embargo, los apagones son un problema frecuente en Venezuela, ya que durante los últimos años, millones de venezolanos han tenido que acostumbrarse a vivir entre apagones y racionamiento de electricidad, que son más o menos frecuentes dependiendo de la demanda y la época del año. Expertos en el tema atribuyen los apagones a la falta de mantenimiento.