Los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá han acordado crear una fuerza conjunta para identificar las causas del histórico apagón que comenzó el jueves pasado y afectó en su punto máximo hasta 60 millones de personas. Mientras se esperan respuestas que pueden tardar semanas, en Estados Unidos la colosal avería ya se ha convertido en un arma política con la que los demócratas esperan poder atacar a los republicanos en la campaña para las elecciones presidenciales del 2004.

Tras las primeras horas de acusaciones cruzadas entre EEUU y Canadá sobre la responsabilidad inicial del fallo, ambos países han decidido afrontar juntos esta crisis. Aunque el origen del apagón sigue sin ser identificado, los investigadores apuntan ahora la posibilidad de que se iniciara por un fallo en Cleveland.

PESQUISAS BILATERALES

La Casa Blanca confirmó la creación del equipo investigador bilateral el viernes, después de que el presidente estadounidense, George Bush, mantuviera una conversación telefónica de 10 minutos con el primer ministro canadiense, Jean Chrétien. El grupo, liderado por el Secretario de Energía de EEUU, Spencer Abraham, y el ministro canadiense de Recursos Naturales, Herb Dhaliwal, empezará a actuar "tan rápido como sea posible" según el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.

Los expertos del Consejo Norteamericano de Fiabilidad Eléctrica, un grupo formado por la industria tras el apagón que afectó Nueva York en 1965, también han puesto en marcha su propia investigación. De momento, tras descartar las hipótesis de la alta demanda, un problema en el área del Niágara o una explosión en una planta neoyorquina, y dejando abierta la puerta a la tesis de una negligencia, los investigadores apuntan la posibilidad de que el apagón se iniciara en el medio oeste estadounidense. En un incomprensible efecto cascada, no contenido por los sistemas de aislamiento de Canadá, la avería pudo pasar al país vecino y regresar desde allí a Nueva York.

Los datos de SoftSwitching Technologies, una compañía contratada para llevar el registro de la actividad de la red eléctrica, muestran que dos horas antes de que se produjera el colapso hubo varios episodios de bajo voltaje en las líneas de transmisión de Ohio, parte de una red conocida como el circuito del lago Erie.

El primero de los problemas se corrigió automáticamente, pero no ocurrió lo mismo con los dos siguientes, que se produjeron a las 15.17 y a las 15.43 horas. A las 16.09 apareció otro problema en Michigan y a las 16.11 se produjo el apagón. Más de 100 plantas energéticas, incluyendo 22 reactores nucleares se apagaron, la mayoría de forma automática para autoprotegerse de sobrecargas.

Sin respuestas y con puntos del país y de Canadá aún afectados por las consecuencias del apagón, éste se ha convertido ya en un arma política en Washington. Los demócratas, conscientes de que los votantes suelen castigar a quienes ocupan el poder cuando se produce un problema de este tipo, han empezado a usarla para atacar a los republicanos en un momento de intensa precampaña para las presidenciales del 2004.

VINCULOS DE BUSH EN EL GOLFO

Los candidatos demócratas critican a Bush, a cuya Administración acusan de "estar inexorablemente unida a la industria petrolera del golfo Pérsico", por centrar sus esfuerzos en las perforaciones en lugar de atender a una red eléctrica anticuada y sobrecargada por la demanda.

Mientras, los líderes de la mayoría republicana en el Congreso aseguran que son demócratas y medioambientalistas quienes mantienen bloqueada la legislación para un plan energético. Esta, que lleva dos años bloqueada, será una prioridad a partir de septiembre.