El tono educado que reinaba hasta ahora en la temprana campaña presidencial de EEUU cambió de forma radical ayer, cuando los candidatos mostraron las tensiones latentes bajo una superficie en relativa calma. El episodio más comentado fue el cruce de acusaciones desde los cuarteles generales de dos de los demócratas, Hillary Clinton y Barack Obama, por las palabras del cofundador de la productora DreamWorks, David Geffen, que en el pasado apoyó a Bill Clinton y ahora apuesta por el principal rival de su mujer.

"Todo el mundo miente en política, pero los Clinton lo hacen con tanta facilidad que preocupa", declaró Geffen a al New York Times un día después de haber recaudado 1,3 millones de dólares para Obama en su primera incursión en Hollywood, en un acto organizado por Geffen, Steven Spielberg y Jeffrey Katzenberg. El poderoso ejecutivo también describió a Hillary como "ambiciosa".