El próximo miércoles, Romano Prodi, jefe del Gobierno italiano, se presentará ante el Senado, volverá a leer su programa de gobierno, quizás matizado, y pedirá un voto de confianza para el cual afirma tener mayoría suficiente. Los progresistas han logrado el apoyo de un senador centrista que en la pasada legislatura abandonó a los conservadores de Silvio Berlusconi.

"Hoy me siento más aliviado", dijo Prodi a la salida del palacio presidencial, después de que el jefe del Estado rechazase la dimisión presentada el miércoles, cuando una mayoría de la Cámara alta votó contra su política exterior. El Ejecutivo progresista de 16 partidos y otras formaciones cayó por culpa de dos senadores comunistas radicales.

SIN ALTERNATIVA "No existen las condiciones para disolver las Cámaras" y "no hay otra alternativa que emplazar el Gobierno dimitido a un voto de confianza, para ver si cuenta con una mayoría", explicó el presidente de la República, Giorgio Napolitano. "Pienso que cuento con mayoría, aunque la democracia se expresa en las sedes apropiadas, por lo que ya lo veremos", dijo Prodi a la salida del palacio Quirinale. Berlusconi, en cambio, comentó que "la izquierda tendrá los votos para gobernar solo cuando pague la traición de algunos de los elegidos del centroderecha". "La agonía del Gobierno prosigue", añadió.

La muleta hallada por los progresistas para subir de 156 a 157 el número de senadores se llama Marco Follini, tiene 53 años, es católico, y lo apodan Harry Potter por sus grandes gafas. Era secretario del partido católico UDC, aliado de Berlusconi, pero dimitió por divergencias con el líder, acusando a la coalición de falta de democracia y a su líder de populista. Escribió un libro para explicar su decisión y fundó en solitario Italia de en medio .

"Intento, si puedo, participar en la construcción de un nuevo centroizquierda", dijo para ilustrar la decisión de apoyar a Prodi. Añadió que su tentativa apunta "a sustraer el Gobierno y la política a las presiones de las minorías laterales", o sea los comunistas en la izquierda y la Liga del Norte en la derecha.

Según varios analistas, su traslado a las filas progresistas sería una primera confirmación sobre la existencia de un diseño progresista para deshacerse de los comunistas y ampliar la coalición de Prodi hacia el centro. "La izquierda ha firmado su rendición incondicional con tal de quedarse en el Gobierno", comentó el comunista Marco Ferrando, expulsado de Refundación Comunista cuando solo era un candidato en sus listas electorales por su radicalismo.

TRANSFUGUISMO Berlusconi ha acusado a Follini de tránsfuga. "En mi honorable carrera he sufrido más golpes que cuantos haya dado", dijo Follini.

Los votos favorables a Prodi podrían subir a 158 --cifra que, sumada a los cuatro senadores vitalicios, daría los 162 necesarios-- si el senador Luigi Pallaro, elegido por las circunscripciones extranjeras, diera su voto a favor, o si la "pausa de reflexión" tomada por Franco Turigliatto, comunista radical y uno de los dos que causaron la caída del Gobierno, cambiase su actitud. Este está sometido a un proceso interno, y podría ser expulsado de Refundación Comunista.