Que los colonos protestarían y que los radicales palestinos sembrarían de cadáveres el camino hacia la paz estaba más que cantado. Que la ´Hoja de ruta´ no es un plan de paz novedoso también lo saben todos. Hasta aquí, lo previsto y, por tanto, poco susceptible de acabar con el proceso de pacificación si existe una apuesta política. Lo importante es que el primer ministro israelí, Sharon, asuma que los israelís ya no pueden sobrevivir ni económica ni socialmente a la situación creada tras la segunda Intifada, y que su homólogo palestino, Abu Mazen , necesita ofrecer conquistas que no haya logrado antes Arafat .