Arabia Saudí se esforzó ayer en contrarrestar en Washington las críticas a su tibieza en la lucha antiterrorista y a las acusaciones de que ha cerrado los ojos ante la financiación del terrorismo que hacen las organizaciones islámicas de caridad.

Además de declarar a su Gobierno víctima de una campaña de "odio", Adel Al Jubeir, mano derecha en política exterior del príncipe heredero saudí, Abdulá, aseguró que "nosotros hemos perseguido a los terroristas sin tregua y los hemos castigado con dureza".

Más de 2.000 sospechosos han sido interrogados y más de un centenar detenidos, dijo este asesor, quien también anunció la creación de una comisión para vigilar las finanzas que mueven los grupos islámicos de caridad e impedir que hagan transferencias. Riad ha desarticulado tres células de Al Qaeda.