De creer en las cifras oficiales, los argelinos han decidido pasar la página de la guerra civil que ensangrentó el país durante más de diez años, y le firmaron un cheque en blanco al presidente Abdelaziz Buteflika de cara al futuro.

La Carta de la Paz y la Reconciliación, la iniciativa presidencial dirigida a superar el conflicto, con medidas de amnistía y reinserción social de los terroristas islamistas, fue aprobada el jueves en referendo, con el 97,36% de los votos favorables, y una participación "histórica", en palabras del ministro de Interior, Yazid Zerhuni, del 79,49%.

SORPRESA DEL GOBIERNO "Ahora hay que ponerse a trabajar para hacer realidad este proyecto", declaró Zerhuni, quien se mostró "asombrado" ante las dudas expresadas por los periodistas sobre los datos de participación, y defendió enérgicamente la "absoluta transparencia" del proceso.

El abrumador apoyo a la propuesta supone un éxito personal y un aval político prácticamente ilimitado para Buteflika, a quien la oposición acusa de preparar una reforma constitucional con el objetivo de perpetuarse en el poder. Sin embargo, queda por ver si la Carta de la Paz será un instrumento efectivo para el fin de la violencia.