A los 68 años, y después de una vana tentativa de dos décadas para disolverse en el anonimato, el excapellán de la policía bonaerense Christian Federico von Wernich se convirtió ayer en el primer sacerdote de América Latina sometido a juicio oral y público por su participación en delitos de lesa humanidad en los años 70. Y como era de esperar, se negó a prestar declaración. El cura de la sonrisa socarrona está acusado de siete homicidios y 41 casos de secuestro y torturas cometidos durante la última dictadura militar argentina (1976-83).

Tanta expectativa y tensión ha provocado que el aire se pudiera cortar en rebanadas en el Tribunal Oral Federal de La Plata. Von Wernich entró esposado y con chaleco antibala. Lo sentaron detrás de un vidrio blindado.

Von Wernich quedó ayer frente al mismo tribunal que el año pasado condenó a prisión perpetua a un viejo conocido suyo, el exdirector de Investigaciones de la Policía Miguel Etchecolatz.

El juicio se lleva adelante en medio de rigurosas medidas de seguridad. La desaparición de Julio López, cuyo testimonio fue vital para condenar a cadena perpetua a Etchecolatz, ha provocado zozobra en más de una de las víctimas de la dictadura.