El diputado argentino, Héctor Olivares, que fue atacado a balazos el jueves pasado en la Plaza del Congreso en la capital argentina, murió como consecuencia de los disparos recibidos en el abdomen y por lo cual su estado de salud estuvo en estado crítico desde ese momento. Olivares, de 61 años, había sido electo diputado en 2015 por Cambiemos y su mandato vencía el próximo 10 de diciembre. Además, era presidente de la UCR de La Rioja.

Olivares falleció en el hospital Ramos Mejía, donde se encontraba internado tras el ataque en el cual murió su amigo, el funcionario nacional Miguel Yadón, aparentemente el blanco original del crimen. Olivares y Yadón fueron atacados en la esquina de Sáenz Peña y avenida De Mayo, a metros del Congreso de la Nación, mientras realizaban una camina de rutina.

El parte médico del día del ataque advertía que el legislador de Cambiemos estaba en estado crítico debido a que una bala que ingresó por la zona abdominal le había lesionado órganos vitales como el hígado, el colon, el páncreas y la vías biliares. Por esas heridas, había sido operado de urgencia en una intervención para salvarlo de la muerte, según explicó Juan Pablo Rossini, subdirector del hospital Ramos Mejía.

Un disparo al azar

Según el diario El Clarín, durante un allanamiento realizado por la policía argentina en la casa de Juan José Navarro Cádiz, fue hallada un arma que se comprobó su uso para balear al diputado y a su asesor. La constatación del arma homicida, en principio, estaría respaldando las declaraciones de cuatro de los otros cinco detenidos, donde aseguran que fue un hombre apodado "El Cebolla", el que efectuó los disparos y que lo hizo imprevistamente, porque estaba borracho y drogado.

Según fuentes judiciales, esa versión encaja con los testimonios de cinco de los seis integrantes del clan de la comunidad gitana que están detenidos. En resumen, sostienen que el crimen fue "al azar", producto del mal estado en el que se encontraba el asesino.