"No nos rajemos, Peje ". El grito que animaba la resistencia del frustrado candidato de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO o Pejelagarto , surgió ayer en una asamblea, poco antes de que los estudiantes de varias universidades se manifestaran hasta la sede el Instituto Federal Electoral (IFE). Otra marcha discurría por la carretera de Pachuca, en lo que eran las primeras muestras de repudio popular al resultado electoral y ensayos de la concentración de esta tarde en el Zócalo. Los organizadores prevén que la gran plaza se convertirá en campamento rebelde y cuartel general de las movilizaciones mientras AMLO impugna los comicios en los tribunales.

El presidente del IFE, Luis Ugalde, cerró el escrutinio y avaló la victoria del conservador Felipe Calderón, que obtuvo 15 millones de votos: 243.000 más que López Obrador. Ugalde quiso dejar claro que las elecciones fueron "limpias y transparentes" y recordó que "gana el candidato que tenga más votos".

El subcomandante Marcos terció en la polémica: "Es un fraude operado desde la residencia presidencial de Los Pinos y el comando central del PAN el Partido Acción Nacional, de Calderón que pone en crisis la democracia".