La escena podría ser parte de una comedia de enredos o un policial. Pero la realidad argentina ha sido más inspirada. El ex secretario de Obras Públicas de Cristina Fernández de Kirchner, José López, fue detenido a las puertas de un monasterio con yenes, euros, billetes norteamericanos y una moneda de Qatar por unos 8,5 millones de dólares. Tenía, además, relojes de lujo y armas, lo que le ha dado a su arresto un impacto de ribetes cinematográficos. El impacto de este episodio es, por estas horas, el de un tsunami político para un kirchnerismo que intentaba capitalizar el enojo de muchos argentinos con el ajuste económico. El monasterio de las Monjas Misioneras orantes y penitentes de Nuestra Señora del Rosario, en la localidad bonaerense de General Rodríguez, donde, se aseguró, López intentaba esconder sus maletas con tamaña fortuna, ha adquirido una notoriedad inesperada. Al ser descubierto, López intentó sobornar a los policías, aseguró el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo. El juez federal Daniel Rafecas no dudo en ordenar su arresto.

El Gobierno de derechas se ha hecho un banquete con las imágenes de un López escoltado por los agentes policiales. El presidente Mauricio Macri, cuya popularidad se ha visto erosionada por el escándalo de los Panamá Papers, habló en este caso de un “episodio bochornoso”. Macri consideró que “está bueno que pongamos a la luz todas las prácticas que queremos erradicar en Argentina”. La alusión no dejó dudas. El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, dijo que el caso López provoca “una sensación de depredación”, especialmente entre “los argentinos que sufren”. El ministro de Educación, Esteban Bullrich, aseguró que el Gobierno anterior “ha robado mucho dinero” con el que se podrían construir escuelas. La diputada Elisa Carrió, una pertinaz acusadora de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, encontraba en la noche del martes su reivindicación. “Hay que quitarles todo lo robado. Ahí están las cloacas, los desagües, las rutas, los puentes que faltan. Que devuelvan lo que se robaron”.

Las monjas del Monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fátima tuvieron que aclarar las consecuencias de su impensada fama. A través de un comunicado, explicaron que pertenecen a una Asociación Privada de fieles, de carácter autónomo. “Anhelamos que la Justicia pueda llegar a la verdad de lo acontecido para el bien común”, dijo el arzobispo Agustín Radrizzani.

“Mientras las necesidades de nuestro pueblo se incrementan cada día, mientras hay familias con hambre, que no pueden pagar la luz, que no tienen trabajo digno o que aún no tienen un techo para vivir, las imágenes y prácticas obscenas, criminales e indignas que circulan por los medios de comunicación hieren en lo más profundo a nuestro pueblo trabajador y a los más humildes”, señaló el Movimiento Evita, el ala izquierda del kirchnerismo. Los diputados y senadores alineados con la ex presidenta expresaron “su más enérgico repudio a la conducta de cualquier actual o ex funcionario público, con prescindencia de su pertenencia política, en cuanto a la tenencia de dinero no declarado, en el país o en el exterior”. Para los legisladores kirchneristas “resulta imprescindible que ante el inminente tratamiento de una ley de blanqueo de fondos no declarados, propuesta por el Gobierno Nacional, se excluya también en forma taxativa y expresa, no solo a los funcionarios públicos, sino también, y especialmente, a los parientes hasta cuarto grado de consanguinidad (padres, hijos, hermanos, primos) y cónyuge”. El comentario de los diputados y senadores apuntó específicamente a la familia Macri. El Gobierno, con este escándalo, ha retomado la ofensiva política y buscará aprobar en el Congreso leyes fundamentales.