Las autoridades británicas han acelerado las diligencias para dar con los soldados que apalearon a cuatro civiles iraquís. Dispuestos a atajar el nuevo escándalo de malos tratos, que pone en tela de juicio la misión de las tropas británicas en Irak, los portavoces del Ministerio de Defensa anunciaron ayer la detención de un hombre. El arresto tuvo lugar el domingo por la noche, pocas horas después de que The News of the World difundiera el vídeo rodado hace dos años en los alrededores de Basora.

En la cinta, grabada por otro soldado, se ve cómo al menos ocho soldados británicos propinan una brutal paliza a cuatro jóvenes iraquís indefensos.

Mientras las televisiones árabes difundían ayer repetidamente las imágenes del vídeo, las fuerzas británicas desplegadas en Afganistán e Irak se hallan en estado de máxima alerta ante el temor a represalias. "Cualquier soldado culpable debe compensar a las víctimas y pedirles perdón directamente", declaró el consejero nacional de Seguridad iraquí, Muaffaq al Rubaie.