Las tropas de Nueva Zelanda en la base de Bamiyán, en la región central de Afganistán, arriaron la bandera hoy por última vez durante la ceremonia oficial que marca el inicio de la retirada de las tropas oceánicas del país asiático tras diez años de despliegue, informan los medios neozelandeses.

Al acto, que supone el comienzo de la vuelta a casa del contingente militar de unas 180 personas, acudieron el gobernador general de Nueva Zelanda, Jerry Mateparae, y el ministro de Defensa, Jonathan Coleman, recoge el canal de televisión "TVNZ".

El jefe de las Fuerzas Armadas de Nueva Zelanda, Rhys Jones, declaró que "el impacto de los proyectos de desarrollo en los últimos diez años "ha sido considerable", al enumerar los colegios, hospitales, obras sanitarias y viales en los que ha trabajado el Ejército neozelandés.

Junto a los militares, unos 30 intérpretes afganos que trabajaron con el personal militar en el país árabe, junto a sus familias, serán acogidos por el país oceánico.

En virtud de la retirada, el Equipo de Reconstrucción Provincial de Nueva Zelanda (PRT, en inglés), desplegado en Bamiyán, traspasará en octubre el control de la seguridad en esa zona como parte del plan de transición de ISAF, la misión de la OTAN en Afganistán.

El Gobierno neozelandés anunció en mayo que retiraría sus tropas en 2013, un año antes de lo previsto, para dar paso a la transición del control de la seguridad a las autoridades locales.

Desde el envío de tropas neozelandesas a Afganistán, en 2003, diez soldados han perdido la vida en operaciones en el país asiático, mientras que el gobierno de Wellington cifra el coste del despliegue en 252 millones de dólares (195 millones de euros).