El Ejército de Siria, fiel al presidente del país árabe, Bashar el Asad, ha logrado avanzar sobre el este de Alepo en una ofensiva terrestre lanzada este martes, tras cinco días de intensos bombardeos en la segunda ciudad del país.

Una fuente militar de Damasco citada de manera anónima por la agencia de noticias AFP aseguró que sus hombres tenían el control del distrito de Farafina, al noroeste de la histórica ciudadela de Alepo. Por su parte, un alto mando militar rebelde citado por el diario 'Ashark Al-Awsat' confirmó el inicio de una ofensiva terrestre de manera simultánea en cuatro puntos distintos de la ciudad, que sus hombres trataban de repeler.

Por su parte, un comandante de una milicia iraquí que combate del lado de Damasco indicó que varios vehículos acorazados se estaban desplazando hacia las zonas rebeldes de Alepo. Situada en el noroeste del país, la ciudad constituye el mayor bastión urbano en manos de los rebeldes, con lo que su conquista supondría una victoria militar, anímica y propagandística para Asad y sus adláteres.

Tras una fuerte campaña de bombardeos iniciada el pasado jueves por la noche en la ciudad, la situación de asedio en el este de Alepo es todavía más límite. Desde el 23 de septiembre, fecha de inicio de la nueva ronda de bombardeos de Moscú y Damasco para conseguir la rendición de los barrios alzados de Alepo, casi 500 personas (la gran mayoría, civiles) han muerto muerto, según cifras facilitadas por el responsable en Alepo de la Defensa Civil Siria (los llamados Cascos Blancos), Ammar Al-Salmo. “Los bombardeos son sobre barrios de civiles. Los muertos que vemos son familias. No sabemos si el padre es soldado o no, pero los muertos son familias: mujeres, niños... ¡Son barrios de civiles!”, insiste por teléfono a EL PERIÓDICO el casco blanco.

“Los rusos tienen como objetivo a los trabajadores humanitarios”, denuncia Salmo. “Además de hospitales y el convoy humanitario de la Media Luna Roja, han atacado tres centros de la Defensa Civil Siria y ahora no podemos llegar a tantos sitios como antes. En estos momentos solo tenemos dos equipos operativos. Somos 120 voluntarios, pero 10 de ellos ahora mismo están heridos. Hemos perdido también tres ambulancias”, lamenta el trabajador humanitario.

PENOSA SITUACIÓN EN LOS HOSPITALES

En los hospitales, la situación no es mejor. Solo 30 médicos atienden a las en torno a 250.000 personas que están sitiadas en los barrios llamados “rebeldes”: los controlados por una oposición siria en cuyo saco hay desde moderados hasta yihadistas. A todos ellos, el régimen sirio los considera “terroristas”.

Según los datos de la Sociedad Médica Siria Árabe (SMSA), solo hay ocho hospitales que funcionen por completo en ese lado de la ciudad, algunos de los cuales se han tenido que convertir en centros médicos subterráneos para estar a resguardo de las bombas. La SMSA afirma que dos pediatras y un médico de obstetricia tienen que lidiar con mujeres embarazadas y 85.000 niños. Algunos hospitales tienen solo combustible para 20 días.

No es el caso del bombardeado hospital Al-Quds, que cuenta con algo más de margen. “En el hospital tenemos algunas reservas -cuenta a este diario el director del centro, Hamzah Alkateab- y espero que eso nos permita funcionar durante un mes o máximo dos. Pero no sé que pasará después”.

INCESANTE LLEGADA DE HERIDOS

Alkateab relata que alcanzar el propio hospital es un riesgo en sí. Que no hay descanso en la vida diaria de un médico en Alepo. Que los continuos ataques tienen como consecuencia una incesante llegada de heridos. “En los últimos días, nos despertamos con el sonido de los barriles bomba, o de cohetes o de bombas de racimo. Esperamos heridos a cada momento. Los aviones no abandonan nunca el cielo”, explica. “Rusia y el régimen (sirio) concentran los ataques entre las 9 y las 18. Y luego hay más ataques a las 22, hasta medianoche o la una de la madrugada. Así que pueden llegar heridos en cualquier momento. Y nos puede tocar a nosotros también, lo cual hace que la carga sea más pesada y aumenta el estrés”, apunta el doctor.

El médico hace un macabro resumen: “Cada día se traduce en menos comida, menos electricidad, menos combustible, menos agua, menos transporte. Y también menos gente, porque cada día muere aquí mucha gente”. Medio millar en los últimos cinco días.

“Es la mayor campaña de bombardeos en Alepo de los últimos cinco años. El poder destructivo que los rusos y el régimen usan es muy grande. Nunca he visto nada así”, agrega Alkateab. “Las consecuencias son que hay más muertos y heridos. Antes solíamos tener 50 heridos al día, 5 de los cuales morían. Ahora hay 50 heridos, de los cuales 30 mueren”, detalla.

“Nos vamos a las montañas, trabajamos bajo tierra... e incluso nuestras instalaciones subterráneas y de las montañas han sido atacadas muchas, muchas veces”, clamaba este lunes en una rueda de prensa en Ginebra el pediatra Abd Arrahman Alomar, de la SMSA. “Si esto sigue así, vamos a llegar al punto en el que no habrá instalaciones médicas ni personal que proteger”, concluye