Otras siete personas han muerto hoy en los enfrentamientos que desde el lunes se registran en Río de Janeiro entre bandas armadas y la policía, lo que eleva a 30 el número de fallecidos en esta última ola de violencia. El choque se ha producido en la favela de Jacarezinho, una barriada pobre en la zona norte de Río controlada por narcotraficantes. En la operación han participado cerca de 200 agentes.

La cifra de víctimas aún puede aumentar debido a los enfrentamientos que se registran en Vila Cruzeiro, considerada la favela más peligrosa de la ciudad,

Las autoridades de Río de Janeiro, que será una de las subsedes del Mundial de Fútbol de 2014 y la sede de los Juegos Olímpicos de 2016, han atribuido los ataques a una represalia de los bandas que fueron expulsados por la policía de importantes favelas en las que controlaban el tráfico de drogas.

ENTRADA DE BLINDADOS

Seis tanques han encabezado hoy la invasión de la favela Vila Cruzeiro y le han dado otro tono sombrío a la guerra entre el estado de Río de Janeiro y los narcotraficantes. Comandos del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) han entrado con los rostros tiznados y manejando los M-113 cedidos por la Armada. Desde el cielo los seguían los helicópteros. Hombres del Comando Vérmelo (CV), la más peligrosa de las facciones de narcotraficantes de Brasil, han levantado barricadas y han incendiado un camión para bloquear el acceso a la barriada. Las balas han zumbado por esas calles donde la zozobra es un alimento de la vida cotidiana. También han sido quemados tres autobuses y un coche particular. La mayoría de los vecinos han observado atónitos las acciones que otros miran en las pantallas.

Los vehículos blindados han sido manejados por miembros de las Fuerzas Armadas, pero las operaciones que se llevan a cabo en la zona norte de una "ciudad maravillosa" están a cargo, al menos hasta el momento, de la Policía Militar. Unos 100 uniformados se hicieron presentes a su vez en Jacarezinho, otra de las favelas conflictivas. Según O Globo, habrían muerto cuatro civiles. La guerra que han declarado las bandas contra las autoridades había dejado hasta el miércoles 23 víctimas fatales y unos 60 vehículos incendidados, además de cientos de arrestados.

PUESTA A PRUEBA

Los ataques que los narcos llevan a cabo desde el pasado fin de semana ponen a prueba la política de Seguridad del Gobernador Sergio Cabral, un aliado del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Cabral atribuye la escalada a un intento desesperado de las bandass por recuperar 20 favelas que están bajo control de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP). Pero, en la práctica, el gobernador ha tenido que solicitar ayuda logística a las Fuerzas Armadas.

El coronel Álvaro Garcia, jefe del Estado Mayor da Policía Militar do Rio de Janeiro considera que ese cuerpo de seguridad tiene los efectivos suficientes para hacer frente a los delincuentes. "Estamos actuando de esta forma para traer tranquilidad a la población", ha dicho. García ha pedido a los habitantes de las barriadas pobres que se queden dentro de sus casas. Unos 12.000 niños se han quedado sin ir a clase.

PETICIÓN DE RESPALDO

El prefecto (alcalde) de la ciudad de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha solicitado a los cariocas que no se dejen llevar por el miedo y respalden la política de seguridad del Estado. "Estamos afrontando acciones terroristas que buscan generar un clima de caos".

El secretario de Seguridad, Jose Mariano Beltrame, vincula a su vez los ataques a la decisión de transferir a ocho miembros del CV a prisiones de máxima seguridad en otros estados de Brasil. Es la única alternativa que a veces encuentran las autoridades para impedir que los narcos sigan manejando sus "asuntos" aunque estén entre rejas.

QUEMA DE VEHÍCULOS

Las autoridades pretenden arrestar o abatir a los responsables por la ola de ataques contra blancos civiles que comenzó el domingo y que ha incinerado cerca de 55 vehículos en el área metropolitana de Río. La respuesta de la policía han sido operaciones en 28 favelas.

El día más violento ha sido hoy, cuando han muerto 15 supuestos pistoleros en los tiroteos con la policía, que ha arrestado durante la jornada a 31 sospechosos y, en el conjunto de la operación, a 159 personas.

En los cuatro días de combates, la policía ha decomisado 29 pistolas y revólveres, 10 fusiles, dos escopetas, una submetralladora, cinco granadas, dos bombas caseras, un cóctel molotov y nueve artefactos explosivos.