Al menos 52 personas murieron y cerca de 130 resultaron heridas tras la explosión de dos bombas anoche en un barrio de mayoría chií de la ciudad portuaria de Karachi, en el sur de Pakistán, informaron hoy a Efe fuentes policiales.

El ataque ocurrió hacia las 19:30 hora local (14:30 GMT) en un área residencial del barrio de Abbas Town y las bombas, alojadas en una motocicleta y un coche, destrozaron decenas de viviendas a su alrededor, según un responsable policial de la zona, Mohamed Aslam.

Aslam añadió que la segunda bomba contenía "al menos 100 kilogramos de material explosivo".

Una fuente del cuerpo de Bomberos de Karachi explicó a Efe que el atentado fue perpetrado entre dos edificios de viviendas de cuatro pisos de altura, lo cual amplificó el poder destructivo del ataque y provocó incendios en varios de los apartamentos.

En un primer momento se habló de una veintena de fallecidos, pero a medida que fueron avanzando las tareas de rescate creció la cantidad de víctimas entre la comunidad chií, una corriente islámica que en Pakistán es seguida por cerca del 20 % de la población.

El jefe provincial de Policía, Fayyaz Ahmed Leghari, afirmó al diario Express Tribune que la segunda explosión fue tan intensa que tuvo un radio de impacto de cerca de 700 metros y causó destrozos en unas 200 viviendas.

El informe policial del ataque detalla, según el rotativo The News, que el coche bomba fue activado mediante un temporizador y dejó un cráter de más de un metro de profundidad y tres de anchura.

El primer ministro, Rajá Pervez Ashraf, condenó el atentado y afirmó en un comunicado enviado anoche que "los que apuntan a civiles inocentes sirven a los intereses de elementos contrarios al Estado y a la sociedad".

Los atentados de carácter sectario se han incrementado en el último año dentro de un marco general de recrudecimiento de la violencia terrorista en Pakistán.

Hace tres meses, un atentado con motocicleta bomba mató a tres personas de confesión chií frente a un centro de culto de esta rama del islam en el mismo barrio de la ciudad de Karachi que fue atacado anoche.

Desde entonces, la de ayer es la tercera masacre de fieles chiíes; más de 200 personas murieron en dos ataques casi idénticos perpetrados en enero y febrero pasados contra esta minoría religiosa de la ciudad occidental de Quetta.

Esas matanzas han provocado airadas protestas de la minoría chií, pero las autoridades paquistaníes se muestran impotentes para frenar la creciente sangría que sufre este grupo islámico en diversos puntos del país asiático.