Dos hombres han sido acusados este martes en Francia por el homicidio de la anciana de 85 años Mireille Knoll, superviviente de la persecución contra los judíos desatada por los nazis durante la segunda guerra mundial. El cuerpo sin vida de la octogenaria fue hallado el pasado viernes en su piso del distrito XI de París, donde vivía sola, parcialmente carbonizado (los atacantes predieron fuego a la vivienda) y con señales de haber sido apuñalado. Las autoridades creen que se trata de un crimen antisemita, y han inculpado a los sospechosos por homicidio voluntario “motivado por la pertenencia real o supuesta de la víctima a una religión”.

Nacida en París el 28 de diciembre de 1932, Knoll huyó con su madre de París poco antes de la conocida como la redada del Velódromo de Invierno, que llevó a cabo la policía francesa al servicio de la ocupación nazi en julio de 1942, y que supuso el masivo arresto de más de 13.000 judíos. Knoll pudo huir gracias a su pasaporte brasileño (su padre lo era) y se refugió en Portugal. Se casó con un superviviente de Auschwitz y vivió con él en Canadá antes de volver a París. “Judía de corazón” pero no practicante, la describió una de sus nietas.

Reacciones políticas

Las reacciones políticas no se han hecho esperar. En un mensaje que publicó en su cuenta de Twitter, el presidente francés, Emmanuel Macron, manifestó su "emoción ante el crimen horrible cometido contra la señora Knoll" y reafirmó su "determinación absoluta para luchar contra el antisemitismo". Su ministro de Interior, Gérard Collomb, emitió un comunicado en el que celebró "la extrema rapidez" con que los sospechosos fueron identificados y detenidos y aseguró que "se movilizarán todos los medios necesarios para aclarar las motivaciones de este acto de barbarie que recuerda las horas más oscuras de nuestra historia".

"Atacar a un judío -añadió- es atacar a Francia y a los valores que constituyen el fundamento mismo de la nación".