El asesinato en Estambul del periodista de origen armenio Hrant Dink conmocionó ayer a la sociedad turca. Un joven se acercó a Dink, prestigioso y polémico defensor de la causa armenia, y le disparó en plena calle, junto a las oficinas del semanario en lengua armenia Agos, que la víctima dirigía.

Su denuncia del genocidio armenio le había valido ser perseguido en varias ocasiones por la justicia turca y odiado por los círculos ultranacionalistas. En su último artículo, La inquietud espiritual de la paloma , el periodista denunció amenazas, sobre las cuales la Dirección General de Seguridad se apresuró ayer a anunciar una investigación.

Cuando se conoció la noticia, se sucedieron las reacciones de dolor. El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, compareció para calificar el asesinato de "ataque a la unidad y la fraternidad de todo el país". "Somos una nación en la que todos vivimos en paz y ningún sangriento atentado logrará estropear esto", añadió. Y prometió perseguir "a los asesinos y a quienes hayan planeado este acto".

CONCENTRACION ESPONTANEA Apenas una hora después del crimen, cientos de personas se concentraron en el lugar del crimen ante un improvisado altar con un retrato del periodista. "Todos somos Hrant, todos somos armenios" y "Por la hermandad de turcos y armenios", corearon los asistentes, que lanzaron claveles a la foto de Dink. Después, miles de manifestantes con banderas negras y fotos de Dink ocuparon la avenida de la República.

Un texto de Dink sobre el genocidio armenio le llevó ante los tribunales en octubre del 2005 bajo la acusación de "insultar a la identidad turca". Fue condenado a seis meses de prisión, aunque su pena fue suspendida, y ese hecho le dio a conocer internacionalmente. Muchos analistas recordaron ayer su condición de gran defensor de la democratización de Turquía y su integración en la UE, y apuntaron la teoría de que el asesinato pretendía desestabilizar el país y alejarlo de su objetivo europeo.

AVISOS DE LA MAFIA La página web de la cadena turca NTV se hizo eco anoche de la posibilidad de que el crimen hubiera sido cometido por el "Estado profundo". Ese es el nombre que se da en Turquía a ciertas relaciones entre miembros de partidos políticos, mafia y fuerzas de seguridad. El abogado de Dink, Erdal Dogan, acusó al conocido mafioso Veli Kü§ük de haber amenazado al periodista.

Desde Europa llegaron varios mensajes instando al Gobierno a la máxima diligencia: "Confío en que las autoridades investigarán a fondo este crimen y llevarán a sus autores ante la justicia", dijo Olli Rehn, comisario de la Ampliación de la UE. Ayer fueron detenidos dos sospechosos, pero quedaron en libertad.