Al menos 21 prisioneros bajo custodia estadounidense en Irak y Afganistán fueron asesinados, muchos durante o después de los interrogatorios, según el análisis de datos del Pentágono realizado por el influyente grupo Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU). Su informe examina 44 muertes descritas en documentos a los que tuvo acceso en virtud de la ley de libertad de información.

La ACLU denunció que al menos ocho homicidios fueron ocasionados por torturas cometidas por los militares o funcionarios del espionaje, como el estrangulamiento o heridas brutales, según revelaron las autopsias. Las 44 defunciones suponen sólo una porción del total de prisioneros --más de 100-- que han muerto bajo custodia estadounidense.

TORTURAS Entretanto, la Casa Blanca intenta que la CIA quede exenta de una prohibición de las torturas impuesta por el Congreso de EEUU, reveló ayer The New York Times . El vicepresidente, Dick Cheney, y el director de la CIA, Porter Goss, han advertido de que esa ley, que veta el trato "cruel, inhumano o degradante" a los prisioneros, "podría prohibir algunas técnicas que la CIA ha usado". Cheney y Goss argumentaron que Bush "necesita el máximo de flexibilidad para la guerra contra el terrorismo".