Los talibanes reivindicaron ayer el asesinato de ocho médicos occidentales que formaban parte de la oenegé cristiana Misión de Asistencia Internacional (IAM), con sede en Suiza. Las víctimas son cinco hombres, todos estadounidenses, y tres mujeres, una alemana, una británica y otra estadounidense. Junto al grupo viajaban cuatro afganos, de los que solo dos se salvaron.

Los hechos ocurrieron el jueves pasado en la provincia montañosa de Badakshan, situada al noreste de Afganistán, no lejos de la frontera con Pakistán, aunque los cadáveres no fueron hallados hasta la noche del viernes. Junto a los cuerpos había tres vehículos todoterreno acribillados a balazos. El equipo médico procedía de la provincia vecina de Nuristán y regresaba a Kabul cuando fue interceptado por un grupo de talibanes.

Un portavoz de los islamistas calificó a las víctimas de "misioneros cristianos" y de "espías de los americanos" y aseguró que llevaban consigo biblias escritas en lengua dari. "Estaban perdidos y una de nuestras patrullas los encontró. Ellos intentaron escapar y los hemos matado", manifestó a la agencia France Press Zabihulá Mujahid.

SUPERVIVIENTE Uno de los afganos que sobrevivió al asalto afirmó que los talibanes "alienaron" a los miembros del equipo médico y les dispararon. "Les robaron sus pertenencias y el dinero que llevaban encima", explicó. El testigo, de nombre Saifulá, dijo que se salvó de la ejecución porque empezó a recitar versículos del Corán.

El director de IAM, Dirk Frans, negó que la organización humanitaria y los médicos asesinados realizaran trabajos de proselitismo entre la población afgana. "IAM es una organización cristiana. Siempre lo hemos sido. Hemos estado trabajando en Afganistán desde 1966. Ellos saben muy bien lo que hacemos. No distribuimos biblias, eso es una mentira", señaló ayer.

Frans dijo que el último contacto que la IAM tuvo con el equipo médico, que viajaba sin la protección de escoltas, fue el miércoles. El director de la oenegé señaló que esperaba que este suceso no frene el trabajo que lleva a cabo en Afganistán IAM, del que se benefician "un cuarto de millón de afganos cada año". Se da la circunstancia de que el Gobierno afgano había suspendido en mayo las actividades de la oenegé americana Church World Service y de la noruega Norwegian Church Aid tras la difusión en televisión de imágenes de algunos de sus miembros recitando plegarias cristianas en lengua farsi.