Es un pieza metálica en forma de pinza con dos extremos cortantes y puntiagudos. Parece más propia de una cámara de tortura medieval pues funciona como un cepo, cerrándose y arrancando la carne a brutales pellizcos. La gente de Mosul le llama'el mordedor' y se ha convertido en el principal instrumento con el que los yihadistas del Estado Islámico aterrorizan a las mujeres de la ciudad, ya que con él castigan a aquellas que violan las estrictas normas vestimentarias.
Así lo ha explicado Fatima, una joven que ha logrado escapar de Mosul, y que cuenta como su hermana fue castigada con 'el mordedor' por haber salido de casa sin guantes. El Estado Islámico obliga a las mujeres a vestir con un velo que les cubra totalmente el rostro, así como con prendas anchas y guantes, de modo que no se muestre ni la silueta ni ningún pedazo de cuerpo.
Además, en su delirio, los yihadistas han impuesto un sistema de colores para establecer el estado civil de las mujeres: obligan a las mujeres casadas a vestir de negro; a las solteras, de blanco; a las divorciadas, de azul; y a las viudas, de verde.
"'El mordedor' es una pesadilla para nosotras. Ha pasado un mes desde que castigaron a mi hermana y aún muestra heridas y moratones", explica Fatima al diario británico 'The Independent', a salvo ya en un campo para desplazados.
PÉRDIDA DE TERRITORIO
La creciente debilidad del Estado Islámico ha hecho que los yihadistas sean cada vez más brutales en su represión a la población. Días atrás, una joven de 17 años murió a causa del castigo corporal que sufrió por haber sido sorprendida mirando un escaparate. Buena parte de esas detenciones son practicadas por la conocida como brigada Al Jansa, un grupo de mujeres que se dedica a vigilar la conducta vestimentaria en la calle de otras mujeres.
En las últimas semanas, esta organización ha perdido buena parte del terreno que controlaba en Siria y, especialmente, en Irak. Además, el Ejército iraquí, con apoyo de fuerzas estadounidenses, ultima los preparativos para la reconquista de la ciudad de Mosul, en manos de los yihadistas desde el verano del 2014.
