Al menos un civil perdió la vida en un presunto ataque con dron de la aviación del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, en el eje de Al Ramla (sur de Trípoli), informó a Efe una fuente local de seguridad.

Según su relato, el dron lanzó tres misiles, uno de ellos impactó contra una posición de la brigada de Al Saadawi, afín al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), mientras que otro cayó cerca de la víctima que se encontraba en su vehículo en el eje de Ain Zara, escenario de intensos choques armados en los últimos días.

Aumentan los ataques

Actualmente continúan los enfrentamientos entre las dos fuerzas rivales en la localidad de Komata cerca de Al Gharyan, situada a 100 kilómetros al sur de Trípoli, donde las fuerzas de Hafter registraron importantes pérdidas materiales en sus filas, agregó la fuente.

El pasado 1 de septiembre otras 13 personas, entre ellas tres menores, resultaron heridos en un presunto ataque con drones contra el aeropuerto civil de Maitiga (Trípoli) perpetrado por el llamado Ejército Nacional Libio (LNA), la milicia que lidera Hafter con apoyo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Francia.

Hafter, que domina cerca del 70 % del territorio libio, puso cerco a la capital libia el pasado 4 de abril, coincidiendo con la visita oficial del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional y la Unión Europea (UE), que apoya al GNA.

Desde entonces, los combates han acabado con la vida de más de medio millar de personas, causado heridas a más de 5.000 y obligado a más de 25.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.

Los enfrentamientos, concentrados desde hace días en las localidades de Marzuq y Gharyan, en el sur de la capital, han afectado también gravemente a los miles de inmigrantes que se encuentran hacinados en centros de detención gobernados por milicias afines al GNA.

Violencia desmedida

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde el fallido plan de paz de la ONU de 2015 Libia tiene dos gobiernos, uno reconocido por la comunidad internacional e impuesto en Trípoli, y otro bajo tutela de Hafter, un ex miembro de la cúpula gadafista que en los años ochenta fue reclutado por la CIA y se convirtió en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio. El GNA cuenta, asimismo, con el apoyo de la ciudad-estado de Misrata, enemistada con Hafter y apoyada militarmente por Turquía e Italia.