Al menos 14 personas murieron y 26 resultaron heridas ayer en un atentado contra una comisaría de policía en un importante cruce de carreteras entre Samarra y Tikrit, en el norte de Irak. Tres de los fallecidos eran policías. Fue el ataque más grave en una jornada plagada de violencia que causó, en total, una treintena de muertos.

Cuatro explosiones se registraron cerca de la Embajada de Polonia en Bagdad, una de ellas a unos 100 metros de la representación diplomática. Este último atentado, perpetrado con un coche bomba, mató a tres civiles.

La semana pasada otras tres personas murieron en un ataque con explosivos contra el convoy en el que viajaba el embajador polaco en Irak, Edward Pietzryk, que resultó herido. Las autoridades polacas tienen previsto trasladar la representación diplomática a la Zona Verde, el fortín de Bagdad sede de las embajadas de EEUU y el Reino Unido y del Gobierno iraquí.

VICTIMAS DE BLACKWATER Por otro lado, el Gobierno de Bagdad cifró ayer en 17, y no en 11 como se había dicho, los civiles fallecidos en el tiroteo del mes pasado en el que participaron agentes de la empresa de seguridad estadounidense Blackwater. El portavoz del Ministerio del Interior, Abdel Karim Jalaf, dijo que Irak hará una ley para imponer "mecanismos estrictos de control" a las empresas de seguridad privadas.