El atentado contra el cuartel policial de Inzá, en el suroeste de Colombia, en el que este sábado han muerto nueve personas, entre ellas tres civiles y que las autoridades han atribuido a la guerrilla de las FARC ha estremecido al país y ha hecho revivir el fantasma del terrorismo, en un momento en el que el Gobierno del presidente, Juan Manuel Santos, está metido de lleno en negociaciones de paz con la guerrilla.

Santos, que ha calificado de "demencial" el atentado, ha subrayado que con este ataque las FARC buscan presionar al Gobierno para que reduzca las acciones militares contra la guerrilla y ya ha advertido de que no lo hará y no habrá un alto el fuego. "Tenemos que seguir la ofensiva, no darles un minuto de descanso, no darles un minuto de tregua para que no tengan la capacidad de cometer actos como los que acabamos infortunadamente de ver", ha señalado el presidente. "Si las FARC cree que con actos como este nos van a llevar a un cese al fuego se equivocan, se equivocan de cabo a rabo", ha añadido.

Según han informado las autoridades colombianas, guerrilleros de las FARC llegaron de madrugada a la plaza de Inzá con una camioneta desde la que lanzaron varios artefactos explosivos rudimentarios contra la comisaría de policía en la que además hay una unidad de la Brigada Móvil 29 del Ejército. En el ataque murieron cinco militares, un policía y tres civiles y 38 personas (tres militares, 12 policías y 23 civiles) resultaron heridas. La comisaría quedó reducida a escombros y unas 50 viviendas resultaron dañadas.

En día de mercado

El atentado se ha producido en día de mercado en Inzá. "Afortunadamente no había mucha gente a esa hora en la plaza. Si hubiera sido una hora más tarde la tragedia habría sido muchísimo peor", ha subrayado el secretario de Gobierno del municipio, Carlos Alberto Arias.

El Gobierno y las FARC negocian desde hace más de un año en Cuba un acuerdo de paz, pero desde un comienzo acordaron que los diálogos serían en medio de la guerra, sin alto el fuego alguno.

El Cauca es uno de los departamentos colombianos con mayores conflictos de orden público por la fuerte presencia en esa región de grupos guerrilleros y bandas criminales de origen paramilitar dedicadas al narcotráfico.