Ddoble golpe. Mientras Israel aún estaba conmocionada por el atentado de Kenia, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa echaron más leña al fuego. Al menos ocho personas --seis israelís y dos palestinos-- murieron y otras 36 resultaron heridas, 11 de ellas graves, cuando los activistas abrieron fuego contra un grupo de gente que hacía cola en la ciudad de Beit Shean, (en Galilea, norte de Israel), para votar en las primarias del partido derechista.

Sobre las 3.30 de la tarde (hora local, una hora menos en España), dos activistas palestinos --algunas fuentes hablaban de tres atacantes y que uno logró huir-- dispararon y lanzaron granadas en la estación de autobuses de Beit Shean y la sede del Likud, que están separadas 50 metros. Agentes de seguridad abatieron a los atacantes.

"Todo empezó en la estación de autobuses, y después fueron a la sede del Likud y dispararon en todas las direcciones, alcanzando a mucha gente", declaró el alcalde de Beit Shean, Pini Kabalo. Según fuentes de seguridad israelís, en la zona se encontraron tres cargadores vacíos con capacidad para 30 balas cada uno. Entre los heridos se hallan los tres hijos del exministro David Levy. Uno de ellos estaba en estado grave.

Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculadas al movimiento Al Fatah, presidido por Yasir Arafat, reivindicaron el ataque. En un comunicado afirmaron que se trataba de la respuesta a la muerte el martes de un activista de la organización y de otro de Hamas cuando hubo una explosión en la casa en la que se hallaban en Yenín. Fuentes palestinas calificaron estas dos muertes de "asesinato selectivo" y fuentes de la seguridad israelí así lo admitieron, pero el Ejército lo negó.

PETICION DE CORAJE

Tras el ataque de Beit Shean, el primer ministro y favorito en las primarias del Likud, Ariel Sharon, improvisó una rueda de prensa en la que instó a los militantes del Likud a no dejarse amedrentar por los atentados. "El terrorismo árabe quiere influir en las elecciones en Israel", afirmó Sharon, quien pidió a los militantes que no se sintieran "atemorizados por el terrorismo".

"No importa a quién apoyéis. Id a votar", casi gritó Sharon, seguramente preocupado porque a esas horas la participación en las primarias era muy baja, una circunstancia que beneficiaba a su oponente, el ministro de Exteriores, Binyamin Netanyahu.

Ayer hubo otro episodio violento. Un niño palestino de 3 años murió por impactos de metralla en el estómago en Hebrón. Según el Ejército, la metralla procedía del explosivo que unos palestinos lanzaron a unos soldados. El padre del niño dijo que los soldados dispararon a su hijo cuando éste jugaba en el balcón de su casa.