Los ataques de la resistencia iraquí contra las fuerzas de ocupación arreciaron este fin de semana a lo largo y ancho del país, poniendo en entredicho la capacidad de Estados Unidos y Gran Bretaña para mantener la situación bajo control. En la jornada de ayer una explosión en los sistemas de distribución de agua potable de Bagdad dejó sin suministro a 300.000 personas, y todo indica que se trató de un sabotaje.

La detonación de una bomba en el principal acueducto del norte de Bagdad provocó, además de la interrupción del suministro, que varias avenidas y calles quedaran totalmente inundadas por el agua. Se sospecha, sin embargo, que el artefacto tenía como blanco las tropas norteamericanas o los miembros del Consejo Provisional de Gobierno iraquí.

JORNADA AGITADA

La destrucción del acueducto no fue el único incidente grave de un día plagado de conflictos. Cuatro soldados estadounidenses resultaron heridos, dos en la capital, al salir de un restaurante, y dos en un tiroteo en Baji, cerca de Bagdad. En Basora, un soldado danés, el primero de un contingente de 220 que actúa con los británicos, murió cuando intentaba detener a unos saqueadores, mientras que en el norte, el oleoducto que une Kirkuk con el puerto turco de Ceyhan siguió ardiendo como consecuencia del ataque del viernes y de una segunda explosión, el sábado.

El transporte de crudo a través del oleoducto de Ceyhan esta paralizado. Las llamas siguen devorando el combustible y dañando la infraestructura de la principal refinería iraquí, situada cerca de Baji, en el norte.

En medio de esta oleada de sabotajes y atentados, atribuidos genéricamente a la resistencia iraquí, un grupo armado se identificó, por segunda vez en pocos días, en un vídeo enviado a la cadena Al Jazira. En la grabación, cuatro hombres armados y enmascarados, se declararon miembros del Movimiento de Resistencia Iraquí Islámica y Patriótica y amenazaron con seguir hostigando a las fuerzas de ocupación para causarles "grandes daños".

Al menos seis iraquís murieron y otros 59 resultaron heridos en un ataque con disparos de mortero contra la cárcel de Abu Gharib --la más grande de Irak--, al oeste de Bagdad, informaron ayer fuentes militares estadounidenses. Los soldados se ocupan de la seguridad en estas instalaciones.