El autor confeso del doble atentado en Noruega, Anders Behring Breivik, usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil, según un médico que ha atendido a las víctimas. En una entrevista en la edición digital del diario VG, el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utoya, aseguró que el agresor empleó las denominadas balas expansivas o dum-dum, que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto. "Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles", explicó Poole. "Los fragmentos son tan pequeños. Nunca había visto algo así", señaló Poole, a pesar de sus 26 años de experiencia. Ante el juez a puerta cerrada Behring, que el pasado viernes mató al menos a 93 personas, según el último recuento oficial, en un atentado contra la sede del Gobierno noruego en Oslo y, dos horas después, en el campamento de las juventudes socialdemócratas de la isla de Utoya, a unos 40 kilómetros de la capital noruega, comparecerá este lunes ante el juez. El asesino confeso acudirá a la Oslo Tinjhus, la audiencia de Oslo, sobre las 13 horas. Una gran expectación mediática aguarda la presencia del detenido, que pretendía que las cámaras asistieran a su declaración. Esta opción ha sido desestimada por el juez, que prefiere una declaración a puerta cerrada. Breivik, de 32 años y definido como un fundamentalista cristiano, islamófobo y ultraderechista, ha admitido su participación en la masacre en interrogatorios policiales, donde calificó su matanza de "atroz, pero necesaria". Según su defensa, Breivik tenía intención de ofrecer una amplia declaración ante el juez, para la que deseaba, además, la presencia de los medios. En toda Noruega se guardará hoy un minuto de silencio por las 93 víctimas mortales del doble atentado, ocurrido el viernes en el complejo gubernamental de Oslo, seguido de la matanza en un campamento de las juventudes socialdemócratas en la isla de Utoya. Según el diario Aftenposten, el propósito del presunto autor de la matanza era asesinar asimismo en la isla a la exprimera ministra Gro Harlem Brundland, que ese día había visitado el lugar. Brundland, de 72 años, es una de las figuras más destacadas internacionalmente de la política noruega, ya que además de varias legislaturas al frente del gobierno fue secretaria general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).