Decía ayer, en Diwaniya, el general Alfredo Cardona --el responsable de la misión española en Irak-- que no le gusta la palabra "ocupar". En otras palabras, los soldados españoles que desde ayer se encuentran en la provincia de Qasidiya, en el sur de Irak, no llegan con la idea de participar en la ocupación del país, sino de ayudar a la población local. Llámese como se llame, 143 soldados españoles están ya en Diwaniya --donde estará la base del contingente español-- como avanzadilla de los 1.200 que desde el 1 de septiembre se encargarán de la seguridad de la zona.

Fue un largo viaje de casi 12 horas desde la frontera con Kuwait. "Vinimos a 40 kilómetros por hora, pero hemos llegado en los plazos previstos, no puede decirse que haya habido problemas", explicó el general Cardona, a pesar de que al primer grupo de soldados españoles se les esperaba en la ciudad alrededor de la una de la tarde. Una tormenta de arena mermó el ritmo de la marcha del convoy español.

30 VEHICULOS

Los 143 soldados --ingenieros, integrantes del cuartel general y responsables de seguridad-- llegaron en una caravana de 30 vehículos militares. A lo largo de estos días se les añadirán más efectivos para alcanzar, a finales de semana, la cifra de 700 soldados. Hasta el 1 de septiembre, estos soldados efectuarán sus tareas dentro del cuartel, acondicionando las paupérrimas instalaciones a las necesidades de los soldados.

La única presencia española en las calles de Dinawiya hasta esa fecha serán patrullas mixtas con los soldados estadounidenses para conocer la zona y las expediciones de los oficiales españoles al cuartel general de Babibolia, donde se encuentra el mando polaco de la zona bajo el cual actúan las fuerzas españolas.

1 DE SEPTIEMBRE

A partir del 1 de septiembre, la misión será harina de otro costal. "Aún no sabemos exactamente qué vamos a hacer, acabamos de llegar y debemos coordinarnos, pero sí podemos decir que vamos a intentar ayudar a los líderes locales y que va a ser muy diferente a Bosnia, Kosovo o Afganistán", explicó ayer Cardona.

Según Juan Castells, comandante de la Brigada Ligera Aerotransportable, la "principal tarea del contingente español será ayudarl a los iraquís a que se ayuden a sí mismos. No se trata de hacer su trabajo, sino de ayudarles a que hagan su trabajo".

A un nivel más práctico, las tropas españolas van a efectuar tareas de vigilancia de edificios oficiales como los bancos --donde a la hora de cobrar los sueldos se generan situaciones de tensión--, y un pequeño destacamento será destinado en Nayaf, la ciudad santa shií. Además, la Guardia Civil efectuará tareas de entrenamiento de la policía local iraquí, labores que ahora efectúan los marines. Y todo ello con una palabra que presidirá sus relaciones con la población local, según el general Cardona: "Respeto".

ZONA TRANQUILA

Todo ello en una zona que en estos momentos es muy tranquila y en la que las fuerzas estadounidenses no han sufrido ataques como los que se producen en otros lugares de Irak. Según fuentes españolas conocedoras de la zona, la misión española sólo podría convertirse en peligrosa si se produce un aumento de la tensión generalizado en el país entre la comunidad shií --mayoritaria en Qasidiya-- y EEUU. Pero, por el momento, la labor de los soldados españoles es sólo logística.

Mientras, el administrador de EEUU en Irak, Paul Bremer, se reunió en Bagdad con el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, para estudiar cómo la entidad financiera puede ayudar a la reconstrucción del país.