Antes de desaparecer de los radares, el Airbus A-320 de Egypt Airque se precipitó en el Mediterráneo el pasado miércoles con 66 personas a bordo, emitió durante dos minutos numerosas señales de alerta automáticas a través del sistema de comunicaciones de la compañía (ACARS, Aircraft Communication Addresing and Reporting System) por la presencia de humo intenso en lacabina.

La información, revelada por los medios norteamericanos ‘Aviation Herald’, ‘Wall Street Journal’ y ‘CNN,’ ha sido confirmada este sábado a AFP por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA, según sus siglas en francés), el organismo francés encargado de la investigación de accidentes aéreos.

Los mensajes ACARS, que captan cientos de informaciones y los envían por satélite a la aerolínea en tiempo real, alertaban a la tripulación de que se había detectado humo en el lavabo situado en la parte delantera del avión y de fallos en el sistema electrónico de control de vuelo, así como del mal funcionamiento del piloto automático del copiloto.

Todos estos elementos llevan a los expertos a pensar que pudo producirse un incendio a bordo, aunque es pronto para saber si se originó por un problema técnico, un cortocircuito o un artefacto explosivo.

En opinión de un piloto consultado por el diario británico ‘The Teleghaph’, la sucesión de los problemas repentinos surgidos en la cabina hacen plausible que el incendio se debiera a una explosion."Parece que las ventanas frontales y laterales estallaron, probablemente desde el interior", sostiene.

En el caso del A321 ruso que se precipitó sobre el Sinaí en octubre del 2015, la bomba que estalló a bordo desintegró el avión instantáneamente, provocando una despresurización que impidió a la tripulación enviar ninguna señal de socorro.

Un satélite norteamericano había descubierto un destello en la zona donde se había perdido el rastro del aparato ruso y poco después el Estado Islámico reivindicó la colocación de un artefacto explosivo en el interior del avión.

SIN REIVINDICACIÓN TERRORISTA

Sin embargo, en esta ocasión ni el Pentágono ni los servicios secretos de Estados Unidos han registrado restos de explosión en el Airbus de Egypt Air. Y ninguna organización terrorista ha dicho estar detrás del siniestro.

Las causas de la catástrofe siguen siendo un enigma, a pesar de que Egipto ve más probable la tesis del atentado que la de un fallo mecánico. Francia insiste, como lo ha vuelto a hacer este sábado el jefe de la diplomacia gala, Jean Marc Ayrault, en que se barajan todas las hipótesis sin que ninguna sea prioritaria.

Los analistas de la BEA, que han desplazado a El Cairo a tres expertos para colaborar con las autoridades egipcias en la investigación de las circunstancias del accidente, ven prematuro lanzar conjeturas mientras no se localicen los restos del aparato y, sobre todo, las dos cajas negras con las grabaciones de lo que ocurrió en los momentos previos a la catástrofe.

El vuelo MS 804 despegó poco después de las 23.00 horas del aeropuerto parisino de Charles de Gaulle con destino a El Cairo y se precipitó en el mar a la altura de la isla griega de Karpathos cuando volaba a una altura de crucero de 37.000 pies en buenas condiciones meteorológicas.

GIROS BRUSCOS

Según el ministerio griego de Defensa, el avión hizo dos giros bruscos, uno de 90 grados a la izquierda y otro de 360 a la derecha, antes de desaparecer de los radares.

Los primeros restos del Airbus han sido localizados a 290 kilómetros al norte de Alejandría por efectivos aéreos y navales del Ejército egipcio, que este sábado ha difundido en Facebook fotos de los mismos. Entre otros objetos, en las imágenes se ve una mochila rosa, un chaleco salvavidas desplegado o trozos rasgados del revestimiento de los asientos.

De las 66 personas que viajaban en el vuelo que cubría la ruta París-El Cairo 15 eran franceses y sus familiares han sido recibidos este sábado en el Quai d’Orsay por el ministro de Asuntos Exteriores francés. Jean Marc Ayrault les ha prometido transparencia y mantenerles al corriente de la investigación.