Un niño fue ayer el último en morir tras el accidente que sufrió un avión de las líneas aéreas sudanesas, en el que murieron en el acto los otros 115 ocupantes. La tragedia tuvo lugar en la localidad costera sudanesa de Port Sudán, a 700 kilómetros de Jartum.

El corresponsal en Jartum de la cadena aseguró que el niño de dos años Mohamed al Fatih, al que en un principio se había considerado fuera de peligro, no sobrevivió a las heridas sufridas tras el accidente, en el que perdió una pierna y quemaduras en el cuello.

El siniestro se produjo a las a las tres de la madrugada de ayer en España, minutos después de que el capitán del avión, un Boeing 737, advirtiera a la torre de control de que "tenía problemas mecánicos" y que iba a regresar para aterrizar en Port Sudán. Un total de 116 personas, entre pasajeros y tripulantes, viajaban en el aparato. De ellos, 14 eran niños. Entre las víctimas está el jefe de la defensa antiaérea sudanesa, Nur al-Hoda Fadlahah, y ocho extranjeros. Las autoridades sudanesas han abierto una investigación para aclarar las causas del siniestro.

La flota aérea sudanesa está obsoleta, afectada por el embargo que sufre el país desde 1992, cuando EEUU le acusó de financiar y apoyar el terrorismo internacional. El ministro sudanés de Asuntos Exteriores culpó al embargo y dijo que el avión no se había reparado desde "hace cinco o seis años" por la falta de piezas.