Un avión Hércules C-130 de la Royal Air Forces Británica se precipitó ayer a tierra en una zona situada a unos 32 kilómetros al noreste de Bagdad por causas desconocidas. El primer ministro británico, Tony Blair, confirmó ayer que en el accidente han muerto militares británicos, aunque no reveló el número. La aeronave, utilizada para transportar soldados, se estrelló a las 17.30, hora local iraquí. El avión se dirigía a Balad, a unos 70 kilómetros al norte de Bagdad, donde se encuentra una de las principales bases del país. Blair confirmó la muerte de soldados británicos, pero no desveló cuántos, ni tampoco el número de pasajeros del avión siniestrado. En un aparato como este pueden viajar 128 soldados de infantería. La caída del C-130 se produjo media hora después del cierre de los colegios electorales en Irak, una jornada sembrada de horror por grupos armados.